Lo que hace unos meses era un sueño lejano, dentro de pocas horas
será un desafío real.
El domingo 22 de setiembre a las 8 am estaré en el
arco de largada sintiendo la adrenalina de correr por primera vez una
maratón, 42 kilómetros de goce y sufrimiento.
Quedan atrás las excusas y dolores, cuando el cuerpo diga basta y la cabeza empiece a flaquear, habrá que correr con el corazón en la mano.
La distancia reina seguramente se parezca mucho a esa mujer inalcanzable, que seduce sin quererlo y recompensa a quien lucha por ella. Voy por vos con todo, mi pecho late y se acelera de solo pensarte, gracias por dejarme intentarlo.
1 comentario:
Che que buen nombre! Cai por error en tu blog yo no corro ni se prende fuego la casa jajaja pero me llamo igual y laburo casi de lo mismo.
Saludos desde Paraguay
Martin Federico Varela
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